Un paseo hacia el pasado

Antes de empezar quiero contarte mi historia...

Empecé mi etapa escolar a los tres años en una escuela rural, donde en una misma clase había niños y niñas de diferentes edades, yo estaba llena de entusiasmo y energía, quería aprender muy rápido por lo que aprendí a leer a los cuatro años. Pero algo cambió en mí cuando dos años después cambiamos de destino y aterricé en un cole más grande. El aburrimiento se apoderó de mí y no quería hacer nada en clase puesto que lo que mis compañeros hacían no me generaba interés. Esa falta de motivación se convirtió en apatía y los resultados fueron bajando cada vez más, hasta el punto de no querer estudiar. Los profesores siempre decían que me distraía con facilidad y me costaba llegar a alcanzar los objetivos que me marcaban. Por lo que pasé de ser un ejemplo a ser carne de cañón del conocido fracaso escolar.

Las horas en el colegio eran eternas, y solo era el comienzo de una etapa de la que quería escapar, ya que este sentimiento lo arrastré de por vida.

Más tarde, cuando ya acabé mi etapa en en instituto, vi la luz y quise dejar los estudios, pensando que me iba a librar de cursar bachiller. Por fin tenia la llave hacia la libertad, ya había llegado el momento de abandonar el barco. Pero no... mis padres me dijeron que yo podía hacerlo, que era importante cursar Bachiller, y a pesar de que yo ya estaba tocando con mis dedos la libertad que tanto ansiaba, sabía una parte de mi que efectivamente, tenía que pasar por ese proceso, el cual me llevó tres años de mi vida. He de confesar que no fue nada fácil, pero LO LOGRÉ.

Por fin llegó la ansiada libertad

Tenía claro que después de tanto esfuerzo no era capaz de cursar una carrera, por lo que decidí estudiar algo que también siempre me ha encantado, Imagen Personal, la moda, la comunicación, el protocolo... fueron dos años que me apasionaron, y por fin hacía algo que me gustaba. Pero en ese entonces esa salida profesional no era sencilla y no tenia el boom que tiene ahora, por lo que decidí insertarme en el mundo de la docencia, para en un futuro poder enseñar como me hubiera gustado que me hubieran enseñado a mi.

El camino hasta aquí no ha sido fácil, pero siempre que los ánimos bajaban, me decía una y otra vez "Silvia, estás aquí porque desde pequeñita pedías que te enseñaran diferente, que tú querías cambiar algo en la educación que en el fondo sabías que no funcionaba".

También fue un gran impulso el irme de Erasmus a Eslovenia, un país acogedor, que me brindó la oportunidad en uno de sus colegios situados en Maribor, durante seis meses... pero de eso ya hablaremos más adelante.

Tras esa etapa me seguí formando y seguí descubriendo nuevas culturas en otros países, como Polonia o Escocia.

Tras estas aventuras y este aprendizaje comencé en el mundo de las oposiciones. Dos momentos de mi vida en los que me he dejado cuerpo y mente para poder conseguir un objetivo, que era poder trabajar en la enseñanza pública. Lo conseguí durante dos años consecutivos, pero a veces las cosas no salen como queremos, y esa caídas son las que me ayudaron a descubrir a lo que quiero dedicarme de verdad...

Pero el final no te lo voy a desvelar ahora...

Por esta razón me encantaría que me acompañases en el proyecto que estoy creando y dando forma y del cual seguramente cuando veas el resultado, verás que tras mucho esfuerzo y entusiasmo se pueden conseguir grandes cosas.

Así que... acompáñame, crezcamos y aprendamos juntos.